Search
Close this search box.

     El gran amor de nuestro Salvador Cristo hacia la humanidad, buen pueblo cristiano, no sólo se manifiesta en ese caro beneficio de nuestra redención y salvación comprado por su muerte y pasión, sino también en que tan amablemente dispuso que la misma obra misericordiosa pudiera ser tenía en continuo recuerdo, para tomar algún lugar en nosotros, y no ser frustrado de su fin y propósito. Porque, así como los tiernos padres no se contentan con procurar a sus hijos posesiones y medios de subsistencia costosos, sino que estos procuran que se conserven y lleguen a su uso; de esta misma forma nuestro Señor y Salvador no consideró suficiente comprar para nosotros el favor de su Padre nuevamente (que es esa fuente profunda de toda bondad), y la vida eterna, sino que también estableció las formas más sabias por las cuales podrían redundar en nuestro alivio y beneficio. Entre los cuales está la celebración pública de la memoria de su preciosa muerte en la mesa del Señor: la cual, aunque a algunos les parezca de poca virtud, sin embargo, siendo practicada correctamente por los fieles, no sólo ayuda a su debilidad, que debido a su naturaleza envenenada está más dispuesta a recordar los daños que los beneficios, así pues, este fortalece y consuela su hombre interior con paz y alegría, y los hace agradecidos a su Redentor con una vida que practica la piedad de una forma cuidadosa.

Abrir chat
1
¡Gracia y Paz del Señor!
¡Gracia y paz del Señor!
¿En que podemos servirte?