Entre los múltiples ejercicios del pueblo de Dios, queridos cristianos, no hay ninguno más necesario para todos los estados y en todos los tiempos que la oración pública y el debido uso de los sacramentos. Porque en la primera pedimos de la mano de Dios todas las cosas que de otro modo no podemos obtener, y en la otra Él nos abraza y se ofrece para ser abrazado por nosotros. Sabiendo, pues, que estos dos ejercicios nos son tan necesarios, no nos parezca mal considerar primero qué es la oración y qué es un sacramento, y después cuántas clases de oración hay y cuántos sacramentos, para que entendamos mejor cómo usarlos debidamente.