HOMILÍA CONTRA EL PELIGRO DE LA IDOLATRÍA

En qué puntos consisten y se sostienen los verdaderos ornamentos de la Iglesia o Templo de DIOS, se ha declarado en estas dos últimas Homilías, suplicando el correcto uso del Templo o casa de DIOS, y la debida reverencia que todo verdadero pueblo cristiano está obligado a darle. El resumen es que la Iglesia o casa de Dios es un lugar designado por las Sagradas Escrituras, donde la palabra viva de Dios debe ser leída, enseñada y escuchada, el santo nombre del Señor invocado por la oración pública, las gracias de corazón dadas a su Majestad por sus infinitos e indecibles beneficios otorgados a nosotros, sus santos Sacramentos debida y reverentemente ministrados, y que por lo tanto todos los que son piadosos en verdad, deben con diligencia en los tiempos designados, volver juntos a la Iglesia, y allí con toda reverencia usar y comportarse ante el Señor. Y que la mencionada Iglesia, así utilizada piadosamente por los siervos del Señor, en el verdadero servicio del Señor, para la presencia efectiva de la gracia de Dios, con la que Él, por su santa palabra y promesas, dota a su pueblo allí presente y reunido, para la consecución, tanto de los bienes mundanos, necesarios para nosotros, como de todos los dones celestiales, y la vida eterna, es llamado por la palabra de DIOS (como lo es en realidad) el Templo del Señor, y la casa de DIOS, y que por lo tanto la debida reverencia de la misma, se despierta en los corazones de los piadosos, por la consideración de estos verdaderos ornamentos de esta casa de DIOS, y no por cualquier ceremonia externa o costosa y gloriosa decoración de esta casa o Templo del Señor, en contra de lo cual se manifiesta abiertamente la doctrina de las Escrituras, y también el testimonio del uso de la Iglesia Primitiva, que era muy pura e incorrupta, lo que también encontramos en las sentencias y juicios de los más antiguos, eruditos y piadosos Doctores de la Iglesia (como aparecerá más adelante).